“Soy una mujer emprendedora que ha toma la iniciativa de materializar sueños, planes y proyectos para la mejora no solamente personal sino para un colectivo” así se describe Noly Fernández, mujer wayuu, dedicada a transmitir la herencia ancestral recibida por sus abuelos.
La salud indígena ha sido uno de sus proyectos de vida, creó el Servicio de Atención y Orientación Indígena (SAOI), con el propósito de ofrecer un servicio que apoye al paciente indígena “me siento orgullosa de haber creado la Dirección Nacional de Salud Indígena y haber iniciado algunos procesos de participación directa y protagónica de los pueblos aborígenes del país”, manifestó.
La discriminación hacia el profesional indígena motivó a Noly a demostrar que una mujer aborigen también puede superarse “el tema de la discriminación ha sido una de las cosas que me ha dado la voluntad y el empeño de demostrar que somos más que una manta bonita, que somos más que unos indiecitos que llegaron a una universidad y se pudieron titular”, aseguró.
“El acceso al servicio de salud me genera mayor compromiso y fuerza para seguir trabajando, aún nos falta tocar el tema de la multietnicidad y la pluriculturalidad, sumado a eso hay que ir haciendo la transferencia de conocimiento para ir dejando la semillitas del compromiso en nuevas generaciones; porque nuestras experiencias han dado cambios importantes para otros países en cual hemos estado en una retroalimentación”. Así lo acotó la fundadora de SAOI.
B/C