Arco Minero del Orinoco amenaza biodiversidad y hábitat indígena

 

 

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El Arco Minero del Orinoco, hace parte de los catorces motores económicos del presidente Nicolás Maduro, oxígeno, agua, bosques, biodiversidad y patrimonio cultural de los pueblos indígenas peligran con el motor minero

Jeniffer Villalobos

¿Sabía usted que el 24 de febrero del 2016 el presidente Nicolás Maduro Moros aprobó el Decreto 2.248, “Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco (AMO)”? El llamado Arco Minero abarca 12,2% del territorio nacional, ubicado al norte del estado Bolívar incluye una parte del territorio del Amazonas y otra del Delta Amacuro, lo que suma una extensión total de 111.845 Km2, equivalente al tamaño de Cuba, Islandia, Portugal o Panamá, además posee cuatro grandes zonas vitales de biodiversidad: Guanay, La Paragua, El Caura, la cuenca del Caroní y Sierra de Imataca.

En el suelo del ahora denominando Arco Minero del Orinoco (AMO) yacen minas de diamante, bauxita, coltán, hierro, cobre, caolín, dolomita y tierras raras, la biodiversidad que abarca desde grandes bosques, selvas frondosas, monumentos naturales y cuencas que están protegidas por leyes ambientales, tal como lo es la Cuenca del Caroní que genera 60 por ciento de la energía hidroeléctrica alimentando la represa del Guri; desaparecería con esta medida, esto sin contar con la modificación del curso del agua de los ríos y la extinción de las especies animales, advierten los ambientalistas.

“El impacto ambiental que puede causar la “Minería a Cielo Abierto” en nuestro territorio puede alterar las condiciones ya precarias de nuestro clima. Esta actividad puede causar daños a nuestro sistema hídrico e hidroeléctrico. Un sistema de bosques fundamentales para los períodos de lluvias es lo que está en juego. Pero las alteraciones en la biodiversidad, generarán perdidas ecosistémicas que afectarán a especies endémicas y migratorias, la pérdida de hábitats podría amenazar severamente la supervivencia de nuestras poblaciones indígenas.” Aseguró  Gustavo Carrasquel, periodista ambiental y director de la Fundación Azul Ambientalistas, durante el programa “A quien corresponda”.

Lo que faltaba

Considerada un área vital para el planeta este territorio no solo es afectado por el Decreto, sino también por la creación de una Zona Especial Militar para la protección de las cuatro áreas de explotación, donde se prohíbe el derecho a la manifestación pacífica y a huelga, además de sanciones contra quienes promuevan actuaciones que obstaculicen las actividades económicas de la zona, esto aunado a la creación de la Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas, adscrita al Ministerio de Defensa.

Según el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con esta Ley se estaría violando el acuerdo en que de los gobiernos firmantes se comprometen a consultar con los pueblos indígenas sobre todas las medidas legales y administrativas relevantes para ellos, de igual manera se incumplirían con las obligaciones constitucionales del articulo 129 donde se solicita realizar estudios de impacto ambiental y sociocultural en las actividades susceptibles que puedan generar daños al ecosistema.

Ya se ven los daños

La minería ilegal alrededor del río Ventuarí  ya ha dejados daños notables. El desastre ecológico y los daños humanos ya se siente en las culturas ye´kwana y sanemas, al igual que en el río Atabapo, que ya es puro mercurio; indicó Liborio Guarulla, gobernador del estado Amazonas, quien además aseguró que el Arco Minero del Orinoco sería un desastre para este territorio.

Más de 150 empresas de 35 países se plantaran en la inmensa Amazonia; todas con el objetivo de: intervenir en suelo ajeno y según el mandatario nacional con una condición: explotar “respetuosamente el medio ambiente”, para Alexander Luzardo, ex Senador, para la extracción de oro se necesitan sustancias toxicas, “a esto le sumamos la megamineria a cielo abierto, una de las actividades industriales más destructivas de todas”.

La voracidad humana matara la extensión de bosque húmedo tropical más grande del planeta, las comunidades indígenas que habitan en la zona correrán peligro y el problema del agua  acrecentará por el sedimento que alcanzará al Guri y por tanto empeorará el problema eléctrico. La Comisión de Ambiente de la Asamblea Nacional ya se hizo sentir sobre el tema y esperan llevarlo a discusión en plenaria.

 

Liborio Guarulla

Gobernador de Amazonas

“Para que se pueda implementar el decreto del Arco Minero primero se tiene que derogar el Decreto presidencial del año 1975, que preserva todo el estado Amazonas  como una zona de protección de sus recursos naturales renovables, es decir, son áreas que no se pueden tocar. El efecto desastroso que ha generado la minería en otros países  es enorme y el Estado venezolano no está organizado para realizar ésta actividad”.

Alexander Luzardo

Ex Senador

“Lo que se pretende hacer es un crimen ecológico que  el país debe rechazar, quieren cambiar el rentismo petrolero por el minero, el plan Caura, es un desastre ambiental, todo este Arco Minero es el arco de la muerte y la contaminación del Orinoco, el cianuro contaminaría el Orinoco al igual que el mercurio ya ha contaminado”.

 

Ana Elisa Osorio

Exministra del Ambiente

“En aquel momento, el presidente Chávez me dijo: ‘Dejemos eso ahí hasta que haya tecnologías que permitan extraer las riquezas sin hacer más daño’. Es lo que le pedimos a Maduro. La minería a cielo abierto va a originar contaminación del agua y de la tierra con mercurio y cianuro”.

Nalúa Rosa Silva Monterrey

Coordinadora del Centro de Investigaciones Antropológicas de la UNEG

“Después de la experiencia del Caura y de los efectos documentados de la extracción minera en las zonas indígenas, nos preguntamos si lo que realmente producirá este proyecto no es la desaparición masiva de los pueblos indígenas de la región, su aún más acelerado etnocidio, y la intervención de áreas protegidas de larga data como el Parque Nacional Canaima, Monumento Ichún-Guanacoco, Zona Protectora sur del estado Bolívar, reservas forestales de la Paragua y del Caura, Monumento Natural Sierra de Maigualida, así como la sedimentación y contaminación masiva del embalse del Guri, todas Abrae dentro del Arco Minero”

La Tierra es sagrada

El Arco Minero comprende tanto la margen derecha como la margen izquierda del Orinoco y va desde el río Apure (tierra de los Pumé) pasando por Palital (zona Kari’ña frente a Ciudad Guayana) hasta el límite con el estado Delta Amacuro en Barrancas (zona warao) por la margen izquierda; y luego entra hacia la margen derecha del Orinoco, hacia el Cuyuní (zona Arawak, pemón y Kari’ña), a la zona de influencia del Parque Nacional Canaima (Pemón), al río Paragua (afluente del Caroní -Pemón, Sapé, y tierra de los últimos Uruak y Arutani) y luego cae al Aro (zona Kari’ña) desde donde avanza hacia la cuenca del Caura (zona ye’kwana, sanema), la atraviesa y sigue hacia el Monumento Natural Sierra de Maigualida (zona Hoti) hacia el Cuchivero (zona Eñe’pa-Panare) y va hacia el Parguaza (zona Wanai-Mapoyo, Piaroa) de donde regresa al punto original en donde también hay ocupación estacional Hiwi.

Jeniffer Villalobos

 

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