Jurubá hundida en la desidia

 

 

FOTO PRNCIPAL

Una decena de comunidades se benefician de la Escuela Bolivariana  Jurubá. Los maestros y la comunidad se han visto en la necesidad de pedir ayuda con sus alcancías en mano para darle mantenimiento y recuperarla.

“Echale al pote pa` arreglar nuestra escuela” es el lema que  utilizaron docentes y representantes de la Escuela Bolivariana Jurubá, de la parroquia Guajira, al apostarse en la Troncal del Caribe y pedir dinero con el fin de recuperar los espacios y pintar las paredes casi derrumbadas del colegio, al que el tiempo, el salitre y las tempestades dela han pasado factura.

Ventanas rotas, salones sin puertas, ventiladores a punto de caerse y techos a cielo abierto se observan en cada aula de clases; el mal estado de la cancha deportiva derrumbada por el fuerte viento, que la ha dejado sin techo, obliga a los niños a hacer sus actividades a la intemperie.

La institución atiende a los niños de la Jurubà, Los Mochos, Caracolito, Aceitunitos, Awuatuy y comunidades lejanas.

Desde sus inicios el colegio ha padecido por recursos, han pedido inumerables veces la ayuda gubernamental para recuperar la infraestructura. Esmeida González, directora del plantel, demostró que han entregado más de diez solicitudes a la autoridades para que le presten apoyo, a la fecha no han recibido respuesta, “la escuela necesita de todo, nos dirigimos hasta la Alta Guajira el 22 de octubre del año pasado, donde se encontraba la viceministra de Pueblos de ese entonces para solicitar su apoyo. No ha habido respuesta”.

Los robos a las instalaciones se han vuelto una constante, durante vacaciones los amigos de lo ajeno arrasan con lo que puedan, acrecentando el deterioro. En tal sentido, se ha creado el proyecto “Un bloque para mi escuela”, donde esperan recibir cinco bloques por cada alumno para construir el cercado y evitar los hurtos; también minimizar los riesgos de accidentes con los niños.

 

Fundada en 1959, comenzó su funcionamiento en una casa prestada por un vecino. La casa luego fue demolida y se construyó la actual sede del colegio, que también recibió la donación de terreno para la ampliación. Al inicio su matricula era de 60 niños y dos salones, actualmente atiende 271 estudiantes en 12 aulas.

 

La delincuencia a violado las cerraduras de las puertas, la directiva quiso contratar vigilancia con la ayuda de la Alcaldía. FOTO: Jeniffer Villalobos

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En el asueto navideño la escuela fue víctima del hampa, les robaron todos los cables ocasionando cortos circuitos.

 

Los pupitres son insuficientes, los ventiladores están a punto de caerse, las paredes están resquebrajadas.

 

No tienen tanque, la insuficiencia de agua les obliga a modificar el horario de clases.

Jeniffer Villalobos

 

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