Manuel Román Fernández
Una esperanza y un clamor que comenzó a destellar su luz habría nacido mujer aquel 08 de Abril de 1.978, para vivir e iluminar los caminos de la Guajira, Jayariyú Farías Montiel, quien creció al lado de su querido padre Gerardo Jesús Farías, un excelente comunicador social. Heredó a aquella pequeña niña el amor por el periodismo en los momentos en que compartían la redacción, y poco a poco fue adquiriendo las habilidades de la escritura y fortaleció sus destrezas con criterio y carácter propio. De esta manera se enrumbó por los caminos mas complejos del mundo informativo, abriendo caminos para los pueblos indígenas del país y del continente.
Si su voz se perdió en la insondable profundidad del silencio, siempre sus ecos silentes resonarán en sus obras. Los seres superiores son los que no viven en vano, no viven para la vida vegetativa y estéril, porque vienen predispuestos a servir. Son seres que le dan una dimensión a la vida; una sobrevaloración que satisface, que complace y llena toda la existencia.
De esta manera Jayariyu, como mujer visionaria desde las aulas de la universidad, soñó crear un periódico indígena que llevaría por nombre WAYUUNAIKI, que desde el momento mismo de sus inicios, formé parte del equipo de trabajo hasta el presente. Juntos hemos recorrido los caminos mas complejos en la búsqueda de la verdad y las realidades que nuestros pueblos originarios, las vivencias en cada momento, violaciones de los derechos indígenas, abusos de todo tipo. Las páginas de WAYUUNAIKI abrió los senderos por caminos empinados, enarbolando la manta guajira, bandera de lucha para enfrentar los grandes retos de la guajira y de todos los pueblos indígenas del continente.
Esa esencia de ser mujer wayuu, sobre todo su amor y entrega al servicio de sus semejantes, lo condujo a realizar varios proyectos: La Red Turística Mawari, la Posada Turística Palawaipo’ü, el Periódico Wayuunaiki, La Red de Comunicación Wayuu PUTCHIMAAJANA, el programa de radio indígena Wayuunaiki Radio, el proyecto de la Escuela para Caño Sawa, son entre otros tantos logros de esta mujer que todo lo dio por su pueblo, por su gente, por su cultura wayuu. La joven aquella conocida por todos estaba era rompiendo los paradigmas de La Guajira con su temple de mujer wayuu, con su ejemplo, con su coraje… una luchadora incansable entregada a todo.
Jayariyú siempre fue un ejemplo en nuestra tierra: sincera, tajante, decidida. Los avatares de la vida no le hicieron mella, no la amilanaron al primer golpe de suerte, porque siempre fue consecuente con sus principios; siempre fue una ardiente defensora de la causa indígena, una escéptica a las promesas falsas, una mujer decidida de mentalidad moderna y avanzada, una consejera a toda prueba, una amiga, y una gran hermana que amo a toda su gente.
Jayariyú llevó sobre su hombro el liderazgo de la comunicación indígena para todo el continente, sembró las mejores semillas por intrincados caminos, porque ella era como la flor del cactus, que florecía en la inmensidad de la pampa Guajira. Fuiste mujer humilde, sencilla pero con un corazón tan grande para tu pueblo.
Su ejemplo dado es el camino que todos los indígenas de América deben exaltar para la defensa de nuestros territorios y de ahí que los niños wayuu la recordaran siempre, como una mujer visionaria, que tanto soñó lo mejor para su pueblo.
El mejor homenaje a Jayariyú Farías Montiel, es seguir su ejemplo: como madre, como mujer, como ciudadana, como periodista, como emprendedora y como lideresa, luchadora y defensora de los pueblos indígenas.
Jayariyu, te despediste de mí y de tu ahijado, diciendo que a tu regreso nos reuniríamos para la temática de octubre, claro, tenías razón, nos hemos reunido para escribir sobre ti, nos tomaste por sorpresa, jamás pensé que era una despedida por siempre… Comadre, ¡que los ancestros te acompañen en Je’pira¡…
