Las llamas han acabado con viviendas y sembradios mientras las cuencas de los ríos y quebradas de la zona se agotan en la batalla para apaciguar el incendio. Los afectados hicieron un llamado al Instituto Nacional de Parques (Inparques) para que se aboquen en el asunto.
La Sierra de Perijá se seca. Las cuencas de los ríos, caños y quebradas se quedan sin agua por el incendio que ya lleva un mes consumiendo 70 hectáreas. Desde los asentamientos del río Piche, El Pavo, El 22, La G reportan que no hay agua en los manantiales del municipio Rosario de Perijá. “La candela avanza y nada la detiene, ha acabado con nuestros ranchos, siembras de todo tipo y las mangueras que utilizamos para el riego”, comentó Castulo Gutiérrez, del asentamiento El Pavo.
El río Cogollo, uno de los que suministra agua a la represa Los Tres Ríos, no tiene ni una gota de agua sierra arriba. “Esto está todo destruido. Pedimos ayuda al gobernador Arias Cárdenas, a Olegario Martínez, el alcalde y a cualquiera que nos quiera ayudar”, dijo preocupado José Gregorio, quien tiene más de 15 años en el sector El 22. “De aquí sacamos alimentos agrícolas para irlos a vender a La Villa todos los fines de semana. Ahora no tenemos nada que ofrecer”.
Pobladores del lugar aseguran que solo la lluvia, posiblemente a caer en el mes de abril, hará posible la extinción de esta tragedia ecológica. Los afectados hicieron un llamado al Instituto Nacional de Parques (Inparques) para que se aboquen en el asunto. “Si se estuviera quemando El Ávila allá en Caracas, lo supiera todo el mundo y ya hubiesen activados helicópteros, equipos y recursos para apagarlos, pero como estamos aquí en el monte, no han quedado ni las culebras”, afirmó Guillermo Lisboa, pequeño productor del sector El Llano, de Machiques.
Los bomberos de la subregión se han declarado incompetentes para abordar esta quema que avanza cada día. Los comandantes de Rosario y Machiques de Perijá, dicen que no cuentan con el equipo para enfrentar el siniestro.
Sobrevuelo
Biagio Parisi, secretario de Seguridad y Orden Público, sobrevoló la Sierra de Perijá y confirmó que “más de 70 hectáreas han sido consumidas por las llamas, tras los constantes incendios, aparentemente provocados por la sequía y por algunas comunidades indígenas de la zona”. Enfatizó que “el problema para poder controlar el incendio es la falta de agua en el lugar y la única forma de llegar a los focos es vía aérea utilizando un helicóptero con una bolsa de agua colgando, a través del sistema ‘bambi-bucket’, pero no contamos con esos equipos”.
Detalló que se están evaluando todas las estrategias para controlar las llamas. “Proponemos colocar explosivos en los focos donde está el incendio y cuando esté cerca, volar el sitio para que el fuego pierda oxígeno y se apague”. Hoy se hará una reunión con representantes de todos los niveles del Gobierno para definir estrategias y ejecutar un plan de acción inmediato para evitar la propagación.
Daños colaterales
Néstor Javier Capillo Romero, ingeniero forestal y ecologista de la zona, comentó que estos accidentes son una de las principales causas que conllevan a que hoy ciudades como Maracaibo, y espacios como la Costa Oriental del Lago, entre otros municipios, estén sufriendo de la carencia del agua potable, que producen los numerosos ríos y afluentes enclavados en el macizo montañoso.
Peligro latente
Fray Nelson Sandoval, misionero capuchino de la iglesia Corazón de Jesús, ubicada en la misión los Ángeles del Tokuko, informó a este rotativo, que es incontable la cantidad de niños que están afectados por la inhalación de humo, “muchos de los bebés son trasladados a Machiques porque en el ambulatorio de aquí no hay medicinas”. Asimismo aseguró que el peligro está latente debido a las altas llamaradas que ya han consumido conucos familiares enteros a escasos metros de las viviendas. “Hace mes y medio comenzaron los primeros incendios y nadie hace nada, esperaron que esto se saliera de control”.
