Villa Chorizo lleva con amor el agua por todo Maicao.

 

Los gallos comienzan su concierto desde muy temprano, anunciando que la jornada en Villa Chorizo a comenzado.
Entre los ruidos de parlantes que amanecieron emparrandaos, el cansancio de la semana y las necesidades del hogar, se levantan los vendedores de Agua con Amor.
   En el Barrio La Bendición de Dios Popularmente conocida como Villa Chorizo un asentamiento en el cause del arroyo Parrantial, se encuentran decenas de familias, entre ellos cientos de migrantes venezolanos que buscando sobrevivir aprenden oficios no conocidos en su anterior contexto socioeconómico, hoy toman en sus manos los aperos del burro, revisan su estado físico, limpian sus carruajes y ajustan las cuerdas, para salir por las calles de la pequeña ciudad de Maicao, que más pinta a un gran pueblo.
   Desde su invasión hace 3 años los residentes del barrio se les dio la orden de desalojo, existe referencia de que en el periodo de un gobierno hace aproximadamente 20 años fueron reubicados quienes habían localizado sus hogares en el arroyo, era esta la esperanza de algunos al tomar parte del asunto. Actualmente esta población de migrantes es atendida por organismo como la Cruz Roja y ACNUR.
   Un afortunado día se les entregó créditos para invertir: algunos juiciosos compraron sus burros y carretas otros menos afortunados lo perdieron en manos de las drogas y el alcohol.
   ¡El agua, el agua! Gritan desde las 6 de la mañana por las calles, unas calles carentes de acueducto, una Maicao tan seca como el resto de la Guajira, los pozos presentes en la pequeña ciudad son de agua no acta para el consumo humano, sin la menor seguridad sanitaria, «pero es la que hay» decía un señor adaptado al medio.

   La misma frase acaricia el alma «Es lo que hay», sin oportunidad a otras fuentes económicas, Villa Chorizo lleva con amor el agua por toda Maicao.

Redaccion : Luis Fuenmayor @luisfer_91ff

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