Venezolanos, en situación de calle: una alarma en Maicao

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Leonel López

@leolopezwayuu

 

Maicao, Colombia. La crisis venezolana parece no tener fin. Lo que empezó en 1998 como un proyecto político ambicioso que transformaría a Venezuela bajo el mando de Hugo Chávez Frías,  20 años después, el panorama es diametralmente opuesto a como lo pintó el líder de la “Revolución bolivariana”. Además de una crisis económica que se desprende a partir de una histórica hiperinflación que, según el economista Steve Hanke en entrevista para la revista Forbes, cerró en mayo superando la barrera del 25 mil por ciento, le acompaña una crisis social cuyo principal rasgo característico ha sido el éxodo masivo de venezolanos y venezolanas hacia otros países, principalmente a Colombia.

El peregrinaje que llevan a cabo miles de personas que a diario cruzan la frontera, huyendo del hambre y la crisis socioeconómica que azota al país, inicia en Maracaibo y, tras un recorrido de más de 130 kilómetros en “chirrincheras” o apiñados en camiones 350, terminan en la ciudad fronteriza de Maicao, no sin antes sortear toda clases de peligros: extorsiones y situaciones agobiantes a lo largo de la Troncal del Caribe, o al momento de recorrer las tenebrosas trochas conocidas como “La Cortica” y “La 80”.

Sin embargo, el plan trazado desde Venezuela como una salida a la crisis  se constituye para muchos de sus ciudadanos en una serie de situaciones que deben afrontar al pisar suelo colombiano. La mayoría no tiene quién los reciba, llegan sin dinero, sin saber dónde ir o qué hacer; en situación migratoria ilegal, obligados finalmente a terminar en las calles y en la mendicidad.

Los testimonios abundan en las calles de Maicao, como el de Doris Uzcátegui, quien llegó hace un mes a Maicao proveniente de Cabimas, Zulia. “Esto es muy duro. Anoche, mi niño no comió. Yo he tenido que salir a pedir, mi esposo sale a lavar carros. Llegué hace un mes. Me vi obligada a venirme a Colombia por la situación en Venezuela: la comida está por las nubes, no hay empleo y no contábamos con los recursos para sustentarnos allá».

Uzcátegui junto con su esposo y otras familias venezolanas se agrupan en una de las  manzanas de la calle 15 con carrera 10 de Maicao, agrupados en los andenes de varios almacenes y pernoctan sobre cartones desplegados en el suelo.“Aquí nos toca soportar muchas cosas por las noches, a veces migración hace recorridos y toca moverse de aquí, aquí han llegado personas borrachas a molestarnos, en realidad es muy difícil lo que estamos viviendo”.

Jheimmy Naizzir, coordinadora del Centro de Atención al migrante y refugiado, perteneciente a la Diócesis de Riohacha, explicó que la población migrante predominante es venezolana. “Algunos vienen con intención de estabilizarse algunos, está el pendular que son los van y vienen, y el transeúnte que son los que van hacia otras partes de Colombia o se dirigen a un tercer país.  Aquí en el refugio, además de orientaciones al migrante, diagnosticamos si requiere una asistencia de alojamiento o alimentación, son tres días en donde se les brinda hospedaje, alimento, poder bañarse, kit de aseo personal, y un lugar digno para dormir. Son tres días pero en realidad el promedio es de siete días de albergue, puesto que las personas salen de aquí y terminan en la calle, tenemos un equipo psicosocial que le brinda atención a esas personas para que salgan de la situación de calle, casi la mayoría, diría que el 80 por ciento de las personas que atendemos terminan quedándose en situación de calle porque no tienen las condiciones económicas que les permita acceder a un lugar más apropiado para vivir”.

En cuanto al ingreso de venezolanos al territorio colombiano, Indicó Naizzir que se manejan cifras desde Migración Colombia, en donde se estima un ingreso de mil personas por día; pero por las trochas, entran cuatro mil.

Detalló además que el centro que dirige es el único que existe en todo el departamento de La Guajira. “En alojamiento, nuestra capacidad es de 80 personas, pero atendemos unas 120 personas por noche. Y llama la atención esta cifra, al cierre del 2017 habíamos atendido a mil 302 personas, pero al cierre del mes de mayo del presente año nos ocupamos en atender dos mil 114 personas”.

 

Foto: Leonel López.

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