¿Por qué Cerrejón tendría que renunciar al desvío del Arroyo Bruno?

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¿Se preguntan qué territorio nos dejará Cerrejón cuando se vaya? Habrá inmensas depresiones, con cobertura vegetal parcialmente recuperada, pero…siempre depresiones con cauces fluviales completamente modificados. Algunos de estos estarían confinados por obras, es decir, es un sistema artificial que debería mantenerse así –separado de la dinámica natural del territorio- para siempre. Y no estamos hablando solo del Arroyo Bruno, sino de muchos más en esa zona.

Es cierto que se trata de obras robustas y bien construidas, pero al fin y al cabo obras y -como la experiencia demuestra en todo el mundo- ninguna es eterna, ni importa que tan perfecto sea su diseño, tarde o temprano se dañará y por tanto fallará, a menos que se monitoree su estado, para mitigar eventuales daños provocados.

Cerrejón asegura se ocupará de la obra durante 30 años, pero ese lapso es totalmente despreciable si se compara con la vida de un río que se mide en decenas de miles de años o más. Si queremos ser coherentes con el paradigma anhelado del desarrollo sostenible, lo primero que hay que hacer es preocuparse por la herencia que vamos a dejar a nuestras futuras generaciones.

Teóricamente dichas obras están diseñadas para hacer frente a un evento de 10.000 años de recurrencia, pero sabemos muy bien que una serie larga de eventos mucho más “normales”, pero frecuentes, en conjunto puede ser hasta más destructora que un solo evento grande, porque erosiona de a poco las bases de nuestro coloso de arcilla.

Un futuro abismal

Lamentablemente, después de la despedida del Cerrejón, lo más probable es que nadie se preocupe del monitoreo y sobre todo del mantenimiento y reconstrucción periódica. Las obras aguantarían un tiempo largo, lo suficiente para que la comunidad y las instituciones se olviden del asunto. Pero en ocasión de un fenómeno de la “niña especial”, la obra maestra fallaría, el arroyo se desviaría, caería al agujero dejado por el tajo y literalmente se vería tragado por él.

Es difícil predecir lo que pasaría después, pero seguramente el impacto será memorable y los daños asociados difícilmente recuperables. Esa es la herencia que nos deja el Cerrejón en relación a este proyecto.

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