El Movimiento Indígena Nación Wayuu denuncia que, en menos de 30 días, varios líderes indígenas y afrodescendientes adscritos al MINW han sufriso atentados criminales en contra de sus vidas y libertades. Hayson Fuenmayor Escobar, esposo de la compañera, Yelenka Gutiérrez Fajardo, a quien secuestraron el pasado dos de septiembre, a pesar de las respectivas y previas alertas ante los órganos de seguridad del departamento La Guajira.
El pasado 27 de septiembre, la compañera Matilde López Apshana la atacaron dos sujetos que se desplazaban en una motocicleta, presentándose un intercambio de disparos entre los delincuentes y el esquema de protección de esta líder, resultando herido uno de los antisociales, quien fuese capturado y judicializado por la Policía Nacional y, posteriormente, puesto en libertad por falta de pruebas.
En la madrugada del pasado 1 de septiembre, se registró un atentado criminal contra de los dirigentes indígenas y afros, José Silva y Ramón Vieco, por parte de un hombre que accionó su arma de fuego en repetidas ocasiones en contra de la humanidad de estos dirigentes; ataque psicarial que fue repelido por el esquema de seguridad de manera valerosa y oportuna.
Sin embargo, el coronel Henry Manuel Sandoval Sánchez, comandante de Policía del departamento La Guajira, de manera irresponsable e irrespetuosa argumenta que estos hechos son aislados y carecen de veracidad puesto que para ser creíbles según su criterio, deben ser asesinados estos líderes y si estos hechos lamentables se presentaran muy probablemente argumentaría que son: «problema pasionales o líos de faldas», Como lo argumentara el saliente ministro de Defensa ante los asesinatos en serie de dirigentes indígenas y sociales en el país.
Como Organización No Gubernamental (ONG) de Derechos Humanos, condenamos estas acciones criminales en contra de nuestros líderes. Así mismo rechazamos las declaraciones omisivas e irresponsables del coronel Sandoval toda vez que sus funciones como profesional de policía es proteger a la comunidad y prevenir la comisión de delitos, mas no la de revictimizar y acusar a las víctimas que por su condición de defensores de los DD.HH., vienen siendo objeto de una persecución sistemática representada en amenazas y atentados en contra de sus vidas.
