No solo se trata de Caño Cristales, el famoso río de los siete colores. La polémica por el otorgamiento de una licencia ambiental para la exploración de hidrocarburos en el Área de Manejo Especial de La Macarena revive la importancia ecológica de este ecosistema.
Según Julia Miranda, directora de Parques Nacionales Naturales, esta área en el sur del país es frecuentemente llamada como un “ecosistema de bisagra” que conecta a las regiones de la Amazonia, la Orinoquia y la región Andina, hecho que la convierte en una isla de biodiversidad que permite el paso de cientos de especies que se comunican entre las regiones.
Tanta es su importancia que es la única zona del país con contar con el rótulo de Área de Manejo Especial. Esta fue constituida legalmente por el Decreto Ley 1989 del año 1989 para regular las actividades humanas permitidas y no afectar la estabilidad ecológica del territorio.
De acuerdo con informes de Cormacarena: “La reserva de la Macarena es una obra maestra de la naturaleza, sin igual, de gran interés científico e indispensable para el estudio de la flora, la fauna y la gea”.
El área de manejo, con una superficie aproximada de 35.875,9 km², está conformada por cuatro parques nacionales: Sierra de La Macarena, Cordillera de Los Picachos, Sumapaz y Tinigua, este último el más vulnerable a la próxima exploración, porque solo se encuentra a 2,5 kilómetros del bloque otorgado.
También la conforman tres distritos de manejo integrado de los recursos naturales: Ariari – Guayabero, Macarena Norte y Macarena Sur.
Por la diversidad de microclimas y ecosistemas esta reserva del país alberga 12.000 especies vegetales, más de 420 especies de aves, 63 de reptiles, 213 de peces y 42 mamíferos.
En sus áreas habitan cerca de 23 especies que tienen peligro de extinguirse.
Además, según Cormacarena, en esta área se encuentran dos de los cincuenta y ocho Centros de Endemismo clasificados para Colombia: el Refugio de Villavicencio-Macarena y el Refugio de Florencia.
Redacción: El Tiempo
