En la Institución Etnoeducativa No.15 sede La Vanesa ubicada en la periferia de la capital guajira ladrones se llevaron 60 pupitres, afectando a los alumnos, en su mayoría pertenecientes a la etnia wayuu. Héctor Palacio
La Institución Etnoeducativa No. 15, sede La Vanesa, fue víctima del vandalismo el pasado mes, donde los ladrones se llevaron 60 pupitres, afectando a los alumnos, en su mayoría pertenecientes a la etnia wayuu, quienes tienen que llevar desde sus hogares las sillas para poder recibir las clases.
Además del retraso en la contratación de los servicios de transporte y alimentación escolar, así como de docentes, los estudiantes de La Guajira están siendo afectados por la inseguridad que se evidencia en los continuos robos que se han registrado en diferentes instituciones educativas del departamento.
El más reciente fue en la Institución Etnoeducativa No.15 sede La Vanesa ubicada en la periferia de la capital guajira, donde los ladrones se llevaron 60 pupitres, afectando a los alumnos, en su mayoría pertenecientes a la etnia wayuu.
El profesor Luis Ángel Pushaina Epinayú afirmó que por este motivo los niños deben llevar las sillas de sus casas para poder sentarse cómodamente, porque de lo contrario tendrían que hacerlo en el piso.
«Muchos de estos menores viven lejos y tienen que venir caminando cargando esas sillas. Algunas son prestadas por sus vecinos por lo que tienen que llevárselas al mediodía bajo el sol de esa hora», explicó el docente.
Sin embargo este no es el único problema que tiene esta institución, ya que Pushaina asegura que no tienen tableros, no hay agua y aun no cuentan con la alimentación ni el transporte escolar.
«Son muy pocos los estudiantes que vienen desayunados y eso nos preocupa, porque puede haber deserción, sino se soluciona ese problema», indicó.
En la institución estudian 150 estudiantes que deben acomodarse en tres salones, en los que se turnan para recibir sus clases y según el profesor «a veces usamos el comedor como salón o damos clases debajo de un kiosco».
Agregó que el robo fue denunciado a las autoridades y las necesidades informadas a la administración distrital y departamental.
Otro de los robos recientes fue en el Centro Etnoeducativo No.11 ubicado en el kilómetro 7 en la vía entre Riohacha y Valledupar. Allí los ladrones se llevaron los paneles solares que eran usados para mover una planta potabilizadora de agua para el consumo de los estudiantes wayuu.
La rectora de la institución, Remedios López Epinayu, se trasladó a la Fiscalía a interponer la denuncia por el robo de los paneles solares.
Miembros de la Policía de Tránsito y Transporte y el grupo de Carabineros, llegaron hasta el centro a realizar las investigaciones para dar con el paradero de las personas que perpetraron este hecho delictivo que afecta a los estudiantes de este Centro Etnoeducativo.
Las autoridades hicieron un llamado a la ciudadanía a que si conoce información relacionada con este caso denuncie debido a que los mayores afectados tras este hecho delictivo son los estudiantes.
El pasado 11 de enero varios sujetos ingresaron a la institución educativa Nuestra Señora de Fátima en el corregimiento de Aremasain, en jurisdicción de Manaure y hurtaron cuatro computadores y elementos del laboratorio de química avaluados en 20 millones de pesos.
También hurtaron la turbina del microacueducto y así como un televisor de 40 pulgadas, dos microscopios, un estetoscopio, entre otros objetos que eran utilizados en el laboratorio de química y física.
La directora de la escuela Nereida Murgas señaló, que son robos que se han presentado de manera consecutiva. «El martes (10 de enero) cuando retomamos labores nos encontramos que se metieron a robar en el laboratorio y hoy (martes) nos encontramos con la sorpresa que hurtaron en el kiosco Vive Digital».
Indicó la funcionaria que los delincuentes ingresaron por la parte de atrás del colegio destruyeron el alambrado de púas en la cerca y fue por donde pasaron los objetos robados. En el aula Vive Digital que presta su servicio gratis para toda la población, forzaron la puerta metálica con una tranca de madera y violentaron la reja de hierro.
Miembros de la Sijín se acercaron al colegio para recopilar toda la información que permita dar con el paradero de los delincuentes.
