Desviación del arroyo Bruno en la Guajira: un impacto ambiental y atentado contra la cosmogonía wayuu

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Desde hace unas semanas varias comunidades de la Guajira han sido sorprendidas por la noticia de la aprobación y el permiso otorgado por Corpoguajira y la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) para que el Cerrejón desvíe el arroyo Bruno, un afluente del río Rancherías.

El rio Ranchería se alimenta de acuíferos y arroyos ubicados a lo largo de su recorrido por este territorio, entre los que se puede destacar el arroyo Bruno; Arroyo que tras este permiso haría parte de los cauces que anteriormente han sido modificados en la Región; como es el caso de el arroyo de Tabaco, La Puente, Bartolico, Araña de gato, la Latica, Aguas Blancas, desviaciones que se realizaron igualmente bajo las pretensiones de expansión de la actividad extractiva del Cerrejón. Lo que para sus habitantes trae consigo amenazas como el detrimento, disminución y desaparición de sus fuentes hídricas, procesos acelerados de erosión y sedimentación en los cauces y sin lugar a dudas un cambio en su estilo de vida y su cultura, sin mencionar los múltiples impactos ambientales.

Angélica Ortiz, habitante de la comunidad quien hace parte del movimiento “Fuerza de mujeres Wayuu”, menciona que la importancia de este Arroyo se debe a que no solo surte del líquido vital a las comunidades establecidas en sus orillas, si no a otras comunidades wayuu donde el agua llega a través de un carro tanque.

A pesar de que “Según el director de Corpoguajira, la entidad que avaló el polémico trasteo del río que moverá Cerrejón para explotar 40 millones de toneladas de carbón, la operación no afectará el caudal”, para Angélica se trata de todo lo contrario puesto que el desvió del arroyo Bruno trae consigo el secamiento y la baja calidad del agua para sus comunidades, “conocemos las consecuencias que han venido con la desviación como por ejemplo con el arroyo Agua Blanca, que fue intervenido por la empresa hace veinte años, en la solicitud de la licencia que se hacía en ese entonces se dijo que en veinte años el arroyo estaría igual o en mejores condiciones en las que lo encontraron; han pasado esos veinte años y el arroyo Agua Blanca en estos momentos se encuentra seco” “ Hoy están dependiendo de que un carro tanque lleve el agua a la comunidad”.

Redacción: Red de prensa del sur occidente colombiano

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