Luis Enrique Solano Redondo, alcalde de la capital indígena de Colombia y Nohora Díaz Mejía representante de la fundación que organiza el evento, aseguraron en un comunicado que la decisión se tomó debido a la sequía, el cierre de la frontera y la presión mediática de los medios en solidaridad con los niños wayuu que son los que más han padecido con esta problemática.
Afirman que aunque hubo algunas lluvias en días pasados, esto no fue suficiente para que se superara la situación, por lo que sigue vigente el estado de calamidad pública decretado el 18 de febrero de este año.
Según el comunicado, el festival se aplazará para el próximo año, pero en agosto se llevará a cabo una actividad meramente tradicional para el fortalecimiento de las tradiciones autóctonas como un ejercicio cultural, teniendo en cuenta que es una exigencia contemplada en la Ley 1022 del 2006 mediante la cual se declara el festival como patrimonio inmaterial cultural de Colombia.
En el 2014 el festival también fue aplazado y se llevó a cabo en febrero del 2015, igualmente por la crisis que vivía la población y la imposibilidad de atender económica y logísticamente el evento, según afirmaron las autoridades en ese momento.
Redacción: El Heraldo
