Protege a tu gente, protegiéndote tú

La pandemia no ha terminado. Es un proceso que aún no tiene fecha de vencimiento.

Desde WAYUUNAIKI, el periódico de los pueblos indígenas, la ONG Internews y el Centro de Internet y Sociedad de la Universidad del Rosario (Isur) exhortamos a nuestros hermanos wayuu a protegerse, para proteger a nuestra gente y nuestro territorio.

Protegernos es un deber. ¿Cómo ejercerlo? Usando mascarilla, lavándonos las manos y manteniendo el distanciamiento social de uno a dos metros.

Noly Fernández Epiayuu, epidemióloga, explica que el coronavirus o COVID-19 no es un resfriado común. Después de fiebres altas, dolor/ardor de garganta; falta del gusto, del olfato; tos seca, malestar general, congestión nasal; fatiga y náuseas; vómito, diarrea; cambios de coloración de manos y pie, dolor de cabeza y opresión en el pecho se necesita reanimación.

“Se habla de ventilación; pero, mucha gente no sabe de lo que, en verdad, se trata. No es una máscara de oxígeno puesta en la boca, mientras usted disfruta acostado o piensa en su vida. La ventilación invasiva para el COVID-19 es intubación que se hace bajo anestesia general y consiste en quedarse de dos a tres semanas sin moverse: muchas veces boca abajo, con un tubo en la boca hasta la tráquea que le permite respirar al ritmo de la máquina a la que está conectado. No puede hablar, ni comer, ni hacer nada de manera natural. La molestia y el dolor que se siente necesitan de administración de sedantes y analgésicos para asegurar la tolerancia al tubo. Durante el tiempo que el paciente necesite la máquina para respirar, estará en un coma inducido, es decir, en un coma artificial durante 20 días”.

Los pacientes jóvenes pueden tener pérdida de masa muscular hasta de un 40 por ciento y la posterior reeducación será de seis a 12 meses. Aunado a ello, tendrán traumatismos de la boca o de las cuerdas vocales.

Mientras que los ancianos no aguantan el tratamiento, ya que su sistema de defensas está en desgaste. A ellos y ellas, debemos cuidarles la salud y brindarles bienestar en medio, especialmente, durante esta pandemia. Es una manera de honrarles. Además, ellos y ellas representan la sabiduría ancestral, son el corazón y el espíritu de nuestra cultura wayuu. Necesitamos su guía y orientación en todos nuestros procesos.

Tampoco los pacientes con enfermedades pulmonares, TBC, asmáticos, diabetes, obesos, hipertensos;  sobrevivientes de cáncer y fumadores, es decir, quienes tienen su sistema inmunológico comprometido.

“Estas dos últimas semanas, he visto llegar a pacientes wayuu y ‘alijuna’ al Hospital Universitario de Maracaibo (estado Zulia, Venezuela) muy deteriorados por el virus y fallecen a las horas o a los días de ingreso. Acuda al centro de salud más cercano al sentir a los primeros síntomas, si está expuesto a contacto sospechoso o en zona riesgo para que le hagan, de inmediato, la prueba rápida para COVID-19”.

En el departamento la Guajira, no hay Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Solo se cuenta con la atención primaria en hospitales e IPS. Aunque en la subregión Guajira (municipios Guajira y Mara) del estado Zulia (Venezuela) sí hay UCI, no cuentan con los insumos ni medicamentos necesarios; además de que el funcionamiento de los hospitales, Centros de Diagnóstico Integral (CDI), ambulatorios está severamente afectado por la inestabilidad del sistema eléctrico.

Que la falta de atención inadecuada no nos paralice. Tampoco, el miedo a cremación.

Activemos a nuestros liderazgos; pero, también, debemos empoderarnos de nuestro derecho a la salud. Exijámoslo para protegernos de las malas praxis.

Esta pandemia termina cuando se encuentre la vacuna, no antes.

Protege a tu gente, protegiéndote tú.

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