Los caminantes de voluntad férrea

Ecos

 

Leonel López

Decidieron salir de Venezuela con rumbo a Colombia, un país con sus propios problemas y tragedias. Su presencia no es bien vista por muchos, los acusan de traer malos hábitos y ser una carga para el país, que los índices de inseguridad aumentaron desde que empezaron a llegar, que el país se ha dañado desde que llegaron los «venecos». Y sí, de seguro muchos cruzaron la frontera trayendo sus malas costumbres, como ocurriría en cualquier fenómeno migratorio. De Colombia a la Venezuela de antaño entró también mucha gente con ganas de trabajar y prosperar, también alguna que otra «manzana podrida», pero no por eso se debió generalizar matrices negativas hacia un pueblo que huye del hambre y la enfermedad, de la opresión, del miedo y la persecución por pensar distinto, por expresar una opinión.

Llama la atención y de hecho, es tema para quienes transitan y viven al margen de la Troncal del Caribe, que a diario caminan grupos de gente que va en sentido Maicao-Riohacha, y si no la sabe o simplemente no le interesa, sepa que ellos son los venezolanos, van como empecinados, mostrando una férrea voluntad de no dejarse vencer por la distancia, hasta se les ve sonrientes, emiten un claro mensaje en su diáspora, caminan hacia donde muere el sol por las tardes, no buscan la compasión de nadie, sólo una oportunidad en su lucha contra la adversidad.

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