Día de los Pueblos Indígenas: No hay nada qué celebrar

La Guajira abarca unos 25 mil kilómetros cuadrados de territorio. Pero Venezuela y Colombia se pelearon, durante 57 años, a cuál Estado pertenecería la Península de la Guajira. La disputa se resolvió con el Tratado de Límites de 1941, el cual demarcó, para ellos, e impuso, para el pueblo wayuu, la frontera colombo-venezolana.

Entonces, comenzó a nombrarse La Guajira colombiana y la Guajira venezolana. Pero, para los wayuu, simplemente, es Mma: su Madre Tierra. Para ellos y ellas es natural movilizarse de Castilletes a Punta Gallinas, de Guana a Fonseca, de Paraguaipoa al Cabo de La Vela porque de un lado o del otro, para losalijunas, es su territorio ancestral, donde reposan sus muertos, donde comienza y termina la vida. Los puestos migratorios son una mera estructura por la que la mayoría de los wayuu ni se asoman, al menos, que necesiten realizar algún trámite legal o burocrático de un lado o del otro.

Colombia y Venezuela los reconocen como el pueblo indígena con mayor injerencia en ambos países por ser, también, el más numeroso: el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), en su Censo General de 2005, reportó 270 mil 413 wayuu en Colombia; mientras que el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el censo realizado en 2011, calculó 413 mil 437 wayuu en espacio venezolano. Pero para estos indígenas son sólo números.

La violencia, producto del conflicto armado interno, en Colombia provocó que familias wayuu enteras se movilizaran a Venezuela en busca de tranquilidad y del bienestar económico que ofrecía el Gobierno venezolano a los pueblos indígenas. Pero, por un revés de la historia con forma de emergencia humanitaria compleja, como consecuencia de la crisis socioeconómica y política que atraviesa Venezuela, centenares de wayuu se han sentido obligados a regresar a sus territorios de origen del lado colombiano. A ellos se les suman los colombianos que vivieron muchos años en Venezuela y que han decidido regresar a su patria, y los venezolanos que han migrado tanto legales como ilegales.
No es retorno, es reencuentro
En vista de estos ingresos masivos al país de Nariño y Santander y por las condiciones en que llega la mayoría, Acnur y Migración Colombia ha incluido a los wayuu en el estatus de retornados. Ellos no aceptan esta tipificación. Investigadores wayuu y autoridades tradicionales coinciden en que ni retornan ni migran, se reencuentran en su territorio ancestral: la Gran Nación Wayuu.

En ese retorno se hace más visible la problemática ancestral del pueblo wayuu: la escasez de agua por la sequía y las condiciones de suelo y distancias del territorio; así como también sus consecuencias: la desnutrición infantil y familiar, en general; además, de las enfermedades en la piel. A esto se le suman el hacinamiento, la desescolarización, el trabajo forzado de niños y niñas que, en algunos casos, son llevados a otros departamentos de Colombia para trata de personas; o los adolescentes que son sacados a la fuerza de sus hogares, en la frontera, para formar parte de grupos violentos. También la discriminación a la mujer wayuu: a las artesanas y a las que trabajan en casas de familia que no se les paga lo que les corresponde por sus creaciones y su trabajo; el maltrato que las mismas sufren en instituciones públicas y privadas por parte de sus mismas paisanas que ocupan cargos o posiciones de liderazgo.
Por otra parte, la actividad extractivista que vulnera el territorio y violenta el modo de vida de los indígenas; y la violencia que ha causado la muerte de 494 líderes sociales, en los últimos dos años en Colombia, según el Instituto de Estudios para La Paz (Indepaz) o las matanzas a pemones, en Venezuela, por parte de las Fuerzas militares.  Los problemas del pueblo wayuu no se solucionarán hasta tanto no haya políticas públicas claras y que se ejecuten con transparencia, con respeto a la cosmogonía, a los usos y costumbres , y con principios humanísticos.
Esta es la reflexión que hacemos hoy, Día Internacional de los Pueblos Indígenas, desde WAYUUNAIKI, el periódico de los pueblos indígenas.

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