Nuestra participación es para garantizar los derechos de la población de mujeres víctimas

Foto: Carlos Hernández

Ana Patricia Jacanamijoy, gobernadora del Cabildo Indígena Inga, alza su voz

Un 70% de las víctimas son mujeres.

Desde la Mesa de Participación de Mujeres Víctimas se propone generar un nuevo liderazgo de mujeres que sean autoridades y garantes de su propio proceso diferencial.

Esther María Pana Pana

Desde su espacio de lucha en defensa de los derechos de su pueblo, Ana Patricia Jacanamijoy, gobernadora del Cabildo Indígena Inga, compartió un poco acerca de su valiosa experiencia como mujer indígena en la Mesa de Participación de Mujeres Víctima en el Distrito.

“El pueblo Inga viene participando en la Mesa Distrital de Pueblos Indígenas Víctimas, desde hace un año y medio. Somos uno de los últimos pueblos que hemos venido participando en este espacio. Antes no habíamos participado activamente porque nuestro pueblo no es altamente víctima, tenemos alrededor de 20 familias víctimas no más. Nuestra participación es sobre todo para garantizar los derechos de la población víctima y sobre todo de las mujeres, porque la mayoría de víctimas son mujeres creo que en un 70%, de la familia se compone por mujeres”, informó, Jacanamijoy.

Como todo trabajo social, este proceso ha sido álgido y largo por la diversidad de cada pueblo, donde se ha tenido que enfrentar con unas particularidades y necesidades diferentes. “Por ejemplo, en esta mesa participa también el pueblo wayuu y el pueblo inga que ha tenido esta circunstancia de esta pandemia en cuanto al traslado, la migración de nuestros congéneres de Venezuela a Colombia. Esto son particularidades que no la tienen otros pueblos y sentarse en un proceso político organizativo digamos que no ha sido como de gran expectativa frente a otros pueblos, también es mirar esas esas necesidades particulares como se confluyen con esos otros pueblos y seamos un colectivo, de pronto eso no ha permitido esa garantía y también algunas entidades que no tienen el enfoque diferencial de tratamiento de población indígena, entonces hace más o menos 8 meses se ha venido trabajando un proceso de generar esas necesidades que se están viviendo en esas poblaciones y cómo esas se vienen a concertar con el Distrito acá en Bogotá”, precisó.

La lucha sigue

El mes pasado, estas mesas de trabajo sobre las víctimas finalizaron en una reunión con las autoridades, delegados y algunos pueblos con la Administración Distrital, a fin de mirar cómo a partir de las necesidades de cada pueblo, se puede lograr una concertación para que haya una propuesta de desarrollar actividades a favor de los pueblos. “Un poco para recoger esta experiencia, podemos decir que seguimos en la lucha, no ha sido fácil

pero tampoco imposible. Ahora, es una obligación del Estado sentarse con la población víctima, y no un favor”, concluyó.

Como garante de la participación justa de las mujeres, Jacanamijoy hace un gran llamado al empoderamiento de las mujeres como líderes de su propio proceso como víctimas: “Con las mujeres víctimas, les falta un poco más de reconocerse como líderes, a pesar de que yo no soy víctima, pero pienso que hay que generar un nuevo liderazgo, porque desde la mesa hay pocas mujeres que somos autoridades. Es como cuando hablamos de los derechos de las mujeres, cómo se sienta un hombre a concertar cosas de mujeres. Desde esta mesa, una de las cosas que se ha dicho es que, si la autoridad no es víctima, su delegado, el que lo acompaña o su apoyo inmediato, tiene que ser víctima, porque no es igual el que lo cuenta, que el que lo siente en carne propia. Y que sea la misma víctima quien pida lo que se puede o no, y se le dé la atención diferencial que se merecen”.

 

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