El “No Dejar A Nadie Atrás”, propuesta realizada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), nos invita a la sensibilización y consciencia ciudadana con respecto a la garantía de los derechos humanos.
Ahora podemos decir que el “No Dejar A Nadie Atrás”, es un tema de reflexión en todos los ámbitos, y en estos tiempos difíciles de pandemia, economía, migración, perdida de lo propio, como de las culturas y tradiciones de los pueblos indígenas en muchos países; donde dejamos atrás no sólo a la familia, sino también relevantes aspectos de nuestro ser como nuestras historias, costumbres y/o raíces, a veces sin darnos cuenta o por las circunstancias que cada quien vive.
Actualmente, hemos visto con más fuerza, la desunión y el desinterés por el rescate y preservación de lo étnico, caso que suele ser frecuente, desde el propio hogar o tierra de origen.
Por estas razones, este 9 de agosto, en conmemoración al Día Internacional de los Pueblos Indígenas, hacemos un llamado al diálogo, al acercamiento entre representantes indígenas, a la familia, a la tolerancia, al respeto hacia el otro y a “No Dejar A Nadie Atrás”. Que, como autoridades, seamos garantes honestos de los derechos y deberes de los pueblos ancestrales, así como el de promover e impulsar desde cualquier escenario, el uso de nuestras lenguas, tradiciones y costumbres, a través de la implementación de nuevas estrategias de formación y buenas prácticas para el fortalecimiento de las enseñanzas de los mismos, en los jóvenes indígenas, proyectándolos siempre hacia el futuro relevo.
Actualmente, en la capital colombiana existen numerosos líderes indígenas de distintos pueblos originarios que han ganado importantes escenarios gubernamentales, a través de los cuales les han reconocimiento su trabajo sociocultural, pluricultural y tradicional. Muestra de ellos, son los 14 cabildos indígenas de las 26 comunidades indígenas que convergen en el interior de Bogotá.
Actualmente, en Bogotá habitan según la Alcaldía Mayor, más de 37 mil indígenas aproximadamente. Bogotá, es un territorio de diversidad cultural y étnica, que la hace una ciudad más interactiva; combinada de historias, de distintas de formas de pensar, colores, voces, miradas y rasgos que los diferencian de uno al otro.
En conclusión, podemos decir que como pueblos originarios hemos participado en importantes escenarios con grandes esfuerzos y luchas constantes, logrando abrir puertas de lugares que eran casi imposibles de recibirnos y aceptarnos con nuestras propias propuestas como pueblos. Ahora somos un ejemplo a seguir, con una valiosa trayectoria histórica que han fortalecidos distintos procesos sociales y culturales en todo el mundo; y hoy debemos seguir en estos tiempos, promoviendo el trabajo colectivo entre los pueblos, y seamos ejemplo de no discriminación, de no desigualdad y el de “No Dejar A Nadie Atrás”.
Por: Esther Pana Pana / Comunicadora Indígena Wayuu / corresponsal WAYUUNAIKI Bogotá
